sábado, marzo 17, 2007

Ingresando a la ciudad distribuidora.

La ciudad es compleja, eso no es ninguna novedad para nadie, pero en un afán de llegar a la simpleza estamos cayendo en el caos la anarquía, ya que se está volviendo de moda el hecho de que si quiero dar vuelta, en vez de ocupar un semáforo cualquiera como los del millonario contrato de cambiar todos, mejor hay que construir un distribuidor vial que entorpezca el tránsito por unos 16 meses para que a fin de cuentas eliminemos ese infeliz semáforo que tanto nos agoviaba.

No me opongo a la construcción, pero creo que debemos de exigir mayor estudio a las obras públicas, para que se liciten o se asignen o se regalen, pero que al final del día sean útiles.