jueves, mayo 03, 2007

Hoy platicaba con un buen amigo acerca de cómo la desconsiderada praxis de la arquitectura puede lesionar fuertemente a las ciudades; como es que los cambios que proponemos con la vaga idea de que más metros cuadrados de vialidades significarán algo más que una jugosa y redituable inversión.

Desconsiderados son aquellos que no alcanzan a medir las implicaciones de su afán de conseguir la tajada de un puente urbano o de un libramiento que no va a librar a nadie de molestias y va a ser un recordatorio constante de cómo es que la ética es un valor cada vez más olvidado.

Otro punto que estuvo en nuestra charla es como los condominios con vista al mar serán cada vez más exclusivos, ya que no solamente será el atractivo estar frente a la playa, sino que estos edificios hacen que los seres humanos comunes y corrientes que no se pueden permitir el costear un espacio de este tipo se quedarán sin poder ver al mar, ya que los grandes edificios bloquean la vista y, como bono extra, esta cortina de edificios de concreto le quitará a la ciudad la posibilidad de refrescarse con la brisa marina.

Así que piensen elitistamente, no solo tienes vista al mar, sino que se la quitas al proletario que no se la merece… esto fue sarcasmo.